Cleansing es una rutina para limpiar tu rostro, que consiste simplemente en una nueva forma de desmaquillarse y limpiar la piel mediante dos fórmulas diferentes
Esta rutina involucra realizar dos rondas de limpieza en la piel: una empleando una fórmula afín a los lípidos para remover maquillaje, suciedad e impurezas, y la otra, empleando una fórmula acuosa y activa para remover sudor, bacterias y células muertas. De esta manera te aseguras de que se han eliminado perfectamente los agentes tóxicos y causantes de problemas en la piel y envejecimiento.
Entonces, ¿cómo debo lavarme la cara?
Si crees que el Double Cleansing va a quitarte mucho tiempo, ¡olvídalo! En realidad es algo muy práctico y efectivo. Lo que harás es limpiar por capas en dos pasos; a continuación, te damos un ejemplo de la rutina que podrías implementar:
Paso 1: limpiador de base oleosa. Aplica la crema de limpieza profunda Vita Jour öl con suaves movimientos circulares y ascendentes. Humedece un algodón con tu tónico favorito y retira la crema.
Paso 2: limpiador de base acuosa. Humedece la piel del rostro y aplica la cantidad necesaria de Gel Dermolimpiador, posteriormente da un suave masaje y enjuaga con agua abundante.
Puedes usar esta rutina por la mañana y por la noche, así obtendrás beneficios adicionales como calmar, hidratar o matificar la piel, desde la limpieza.
La idea del Double Cleansing es que tu rostro quede lo más limpio posible para que los otros productos de tu rutina de Skincare, como los sueros y las cremas, se absorban mejor y actúen de manera mucho más rápida, aprovechando sus beneficios al máximo. Además, la limpieza profunda te facilitará el reconocimiento de problemas como resequedad o acné.
¿Para quién es el Double Cleansing?
Puede ser que las personas con una piel más seca o sensible piensen que no necesitan una Doble Limpieza, relacionándola con un efecto demasiado abrasivo en su piel. Sin embargo, se recomienda realizarla en todas las pieles, siempre y cuando se busquen los productos adecuados para el tipo de piel, teniendo en cuenta factores como la edad, cómo es su día a día, qué otros productos se usan -como el maquillaje-, si pasa muchas horas al aire libre, la época del año, los niveles de contaminación, etcétera.
Recuerda que es muy importante no utilizar productos que no sean adecuados para tu tipo de piel o que estén diseñados para otras partes del cuerpo. Si aún tienes dudas sobre qué clase de productos puedes utilizar, consulta a tu cosmetóloga.