el colágeno en la piel forma una red estructural que sujeta a la piel en su sitio dándole grosor y solidez. Es por eso que la tonicidad, elasticidad y firmeza de la piel dependen principalmente de esta proteína.
¿Qué es el colágeno?
El colágeno es una proteína increíblemente versátil, que aporta fuerza e integridad estructural a nuestros tejidos y órganos. Es una proteína extracelular con una alta capacidad para deformarse y volver a su forma habitual, lo que le permite crear un soporte sobre el que otras proteínas y células se asientan y cumplen su función. El colágeno es fundamental para el buen funcionamiento del organismo y representa más del 25% del contenido total de proteínas en los mamíferos.
¿Dónde se encuentra y cómo funciona?
El colágeno se encuentra de manera abundante en la piel, pero también se encuentra presente en huesos, articulaciones, en la córnea, en las paredes de los vasos sanguíneos, entre otros órganos. Existen diferentes tipos de colágenos que pueden organizarse en fibras, en filamentos, en estructuras de anclaje o en redes de diferente entramado.
El colágeno y la piel
En el caso de la piel en concreto, el colágeno se encuentra en la capa interna de las dos capas principales de la piel, la dermis. Junto con la elastina y los fibroblastos (que son las células encargadas de producir el colágeno en la piel) forma una red estructural que sujeta a la piel en su sitio dándole grosor y solidez. Es por eso que la tonicidad, elasticidad y firmeza de la piel son características que dependen principalmente de esta proteína y por esta razón es muy importante mantener una cantidad elevada de colágeno en la piel a medida que va aumentando nuestra edad, para hacer que el envejecimiento de la piel sea más lento, ya que a partir de los 25 años aproximadamente la síntesis de colágeno comienza a disminuir gradualmente.
Desde mediados del siglo XX, el colágeno ha sido ampliamente estudiado y gracias a esto se han podido desarrollar productos que ayudan a contrarrestar la perdida natural de esta proteína. Por ejemplo, existen productos cosméticos que contienen sustancias específicas con las que podemos inducir la síntesis de colágeno en la dermis, es decir, aplicando ciertas sustancias en la piel podemos aumentar la producción de colágeno por parte de los fibroblastos. Cosméticos como los retinoides, la vitamina C o los hidroxiácidos hacen que estos fibroblastos trabajen más y por ende produzcan más colágeno, manteniendo así la piel más densa. También existen cremas que contienen principalmente colágeno, además de otros ingredientes que son necesarios para hidratar la piel y mejorar la producción celular, evitando así las señales del envejecimiento como las arrugas, manchas o flacidez. De igual manera, se han desarrollado diferentes tipos de suplementos alimenticios de colágeno provenientes de diferentes fuentes (cerdo, vaca, pollo, pescado) que se ingieren vía oral y tienen un efecto notorio en diferentes partes del cuerpo.
Así que no todo está perdido, actualmente podemos contrarrestar los estragos de la reducción de colágeno en la piel mejorando nuestros hábitos alimenticios, durmiendo mejor, evitando la exposición prolongada al sol, alejándonos del cigarro, y por supuesto, utilizando los suplementos orales o tópicos de colágeno que hoy en día nos ofrece la industria cosmética, como las cremas de tratamiento de la línea de Aspid como son: