El ácido glicólico es un alfa-hidroxiácido natural, que se obtiene a partir de la caña de azúcar. Tiene propiedades terapéuticas.
El ácido glicólico es un alfa-hidroxiácido natural, que se obtiene a partir de la caña de azúcar. Es un sólido cristalino que no tiene color ni olor y es altamente soluble en agua. Tiene propiedades terapéuticas, por lo que es ideal para cubrir una amplia gama de necesidades de la piel de las cuales hablaremos a continuación.
Beneficios del ácido glicólico en la piel
Suele destacarse por sus propiedades de exfoliación. Ayuda a que la piel quede suave sin dañarla. Destruye aquello que adhiere la piel muerta a la superficie, y el resultado es un acabado mucho más uniforme y un tono homogéneo. Otra ventaja es que, al exfoliar, colabora con la disminución de las manchas, por ejemplo, las que son producto de la exposición al sol o del envejecimiento. También las pequeñas marcas o cicatrices que se fueron produciendo por acné o erupciones. Asimismo, se convierte en un refuerzo de la humectación. Deja la superficie altamente receptiva a aquellos productos indispensables para reponer los aceites naturales de la dermis. Tras su uso, los poros quedan limpios, sin contaminación, suciedad o polución, y pueden comenzar a reducirse visiblemente. Finalmente, y algo muy importante a tener en cuenta, es que como está indicado para cualquier tipo de piel, todas podemos experimentar sus beneficios, entre los cuales también encontramos que ayuda a reducir arrugas y líneas de expresión. Al estimular la formación de colágeno y elastina, acelera la regeneración de las células, potencia la firmeza y elasticidad, propiciando un aspecto más juvenil y saludable.
Mecanismo de acción
Ahora que ya conocemos los beneficios que aporta el ácido glicólico a la piel, hablemos un poco más de cómo es que funciona. Su mecanismo de acción se debe principalmente a que es el hidroxiácido de cadena molecular más pequeña, por lo que puede penetrar rápidamente en las capas superiores de la piel, llegando hasta capas más profundas donde también ejerce una función importante: el ácido glicólico estimula los fibroblastos en la dermis para producir mayor cantidad de colágeno. Al estimular la producción de colágeno, ayuda a la piel a sentirse más firme. Así que, entre la acción superficial que ejerce en el estrato córneo y el trabajo que realiza más a profundidad, tu piel se sentirá más suave y se verá más radiante e incluso más tonificada.
¿Cómo se aplica el ácido glicólico?
El ácido glicólico puede ser aplicado en la piel en dos niveles. En cantidades pequeñas o “superficiales”, este alfa-hidroxiácido penetra solo en la capa externa de la piel para exfoliarla suavemente, dejando así al descubierto una piel nueva menos dañada. Sin embargo, cuando se usa en cantidades más elevadas, el ácido glicólico penetra tanto en la capa externa, como en la capa media de la piel, para eliminar las células muertas, las cuales se acaban desprendiendo. Este procedimiento se denomina “exfoliación química”. Existen productos que contienen Ácido Glicólico como el Peel-Q, el cual minimiza las líneas de expresión además de estimular la renovación y regeneración de la piel.
Es importante tener en cuenta que abusar del uso de este producto no es bueno, puede dañar o resecar la piel. No lo combines con otros ingredientes que resulten agresivos ni con otros ácidos que puedan ser agresivos para tu piel, especialmente si es sensible. Otra cosa que debes saber es que puede que tu piel se pele en las primeras aplicaciones o sientas un ligero calor, picor o escozor. Tranquila, es normal: está actuando.
Por último, te recomendamos que si vas a usar ácido glicólico por primera vez, será mejor que empieces con dosis ligeras, como harías con cualquier ingrediente nuevo para el cuidado de la piel.